Béjar durante La Guerra Civil (Entrevista a Enrique)

 

Al iniciarse la contienda, en julio de 1936, la industria textil bejarana se encontraba en estado casi agonizante, asfixiada por diversas circunstancias políticas, económicas y sociales. Además, la situación en las fábricas era de conflicto, pues el sábado 18 de julio los obreros de La Estambrera estaban en huelga y se comentaba que si el lunes, 20 de julio, no se arreglaba el conflicto, se declararía la huelga general. No hizo falta esperar, pues el domingo 19 de julio el capitán de la Guardia Civil de Béjar, Evaristo Falcó Corbacho, hace público el estado de guerra y el mismo lunes queda declarada la huelga general como protesta. Dicha huelga no se levantaría hasta el miércoles, 29 de julio, cuando el capitán Falcó publicó un edicto en el que se obligaba a la reanudación del trabajo bajo la amenaza de aplicación de severas penas a quien lo desobedeciera.


Después de los primeros momentos de confusión y luego de represión, Béjar queda enseguida en la zona controlada por los ejércitos del general Franco y, por este motivo, su industria textil se va beneficiar, desde el principio de la guerra, de la coyuntura de que sus principales competidores, Cataluña y Valencia, quedaran en zona republicana. De hecho, Béjar se convirtió enseguida en el principal proveedor de tela para uniformes del sector del ejército alzado en armas.

Para resumir la repercusión de la guerra civil en la industria textil de Béjar, recurrimos a unas palabras de Ferrán Billoch:


 A partir de este momento empezó la verdadera transformación de Béjar, y de una industria casi artesana se pasó a una gran industria, de un ritmo de producción acelerado. Las fábricas se transformaron totalmente, con importación de maquinaria abundante, nueva, moderna, dotada con los últimos adelantos. Llegaron técnicos y se asimilaron sus enseñanzas, se capacitó al elemento obrero...; se triplicó el ya considerable número de telares, y la población pasó de ocho mil habitantes a veinte mil

Todo ello hizo posible que, durante los tres años que duró la guerra civil (1936-39), se fabricaran en Béjar un total de 3.356.750 metros de paño para los soldados del ejército que comandaba el general Franco, convirtiéndose así en el principal foco textil lanero de la llamada «zona nacional» . Así, la guerra incrementó notablemente la capacidad productiva bejarana, pasando de 4.522 husos de hilatura de carda y 95 telares en 1935103 a 12.388 husos (de los cuales 4.000 eran de estambre)104 y alrededor de 300 telares en 1939, que son los que da Garcimar en «Centenario…». Este desarrollo continuó una vez acabada la guerra durante largos años-



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