CONFLICTIVIDAD LABORAL (ENTREVISTA A ENRIQUE ROMERO PAMO) Parte I

 

La conflictividad laboral estaba también a la orden del día, como puede deducirse de noticias como ésta de 1900:

 Por diferencias surgidas entre los obreros cardadores, hiladores, tejedores y fabricantes de esta ciudad, se hallan cerradas hace algunos días varias importantes fábricas2, O esta otra: El lunes, después de medio año de estar cerrada, se abrió de nuevo la fábrica de don José Rodríguez Yagüe, bajando a trabajar y continuando trabajando los obreros no asociados,....

 

Resumiendo, a pesar de que el siglo XIX había sido el siglo del maquinismo y de la fundación de grandes fábricas organizadas según criterios modernos de producción, terminaba con problemas estructurales graves que la industria textil bejarana iba a arrastrar durante todo el primer tercio del naciente siglo XX. Con estas perspectivas, el siglo XX empezó mal para el textil bejarano: pocas ventas, muchas huelgas, algunos incidentes violentos y emigración creciente, especialmente a Latinoamérica.

Como se ha dicho, el año de 1900 comenzó con una gran huelga en la importante fábrica de D. José Rodríguez Yagüe, La Fabril Militar, que duró varios meses. En cuanto a incidentes hubo varios. Recojamos como ejemplo uno que describe el semanario La Victoria:

“El tristísimo y lamentable incidente ocurrido en la noche del jueves último, y del que resultó un herido grave, algunos leves y varios individuos en la cárcel, nos mueve a rogar, una vez más, a aquellos, altos y bajos, de quienes dependa el arreglo de la cuestión obrera existente en nuestro querido pueblo hace ya más de medio año…”

En 1902 se producen nuevas huelgas, agravándose la situación con el paro completo de algunas fábricas. Se nombró un jurado mixto, compuesto por fabricantes y obreros y presidido por el alcalde, que inicialmente no consiguió los frutos apetecidos.

A finales de 1903 la Unión Protectora de Tejedores convocaba otra huelga que, después de cuatro meses, había dejado las fábricas mudas, solitarias y tristes. Hasta el martes, 16 de febrero, no se llegaría a un acuerdo entre la patronal (Unión Industrial) y la Protectora de Tejedores y, fue tal la alegría con que recibió la noticia la población, que al anochecer de ese día, se tocó el reloj de la Villa y se tiraron cohetes, y al día siguiente:

“el miércoles por la tarde asistieron las sociedades obreras, con sus banderas y estandartes, a una manifestación organizada para dar las gracias al alcalde por sus gestiones en pro del arreglo. Los comerciantes y tenderos cerraron sus comercios y tiendas durante la manifestación y acudieron varios a ella…”

 En 1905 y 1906 la situación no mejoró, como puede deducirse claramente de 

una información de La Victoria en la que se dice:

“Mañana se celebrará una manifestación obrera para pedir que se abran obras públicas en esta ciudad. Partirá a las cuatro de la tarde de la Corredera y se dirigirá, por las calles centrales, a la Casa Consistorial. Hace poco publicábamos un artículo titulado «Por caridad» en el que hablamos de la triste situación en que se hallaba gran parte de nuestros trabajadores. Esa situación, en general, no ha variado. Buena sería la apertura de las obras susodichas38.

 

Entre 1906 y 1910 hubo otras huelgas, por ejemplo, en la fábrica de Jerónimo Rodríguez y Nicolás Oliva, en los talleres metálicos de Luis Izard, en la de Francisco Gómez-Rodulfo…, pero fueron mucho menos importantes que las dos de 1903, que afectaron a 1.160 trabajadores, o las tres de 1911 en las que se vieron envueltos 1.800 obreros. En 1913 hubo otras dos huelgas y en 1914 cuatro, que atañeron a 1.135 y 1.351 trabajadores, respectivamente.

Un estudio sobre la maquinaria y fabricantes existentes en 1913, indica que cinco fábricas poseían más del 50% de la maquinaria textil existente en Béjar y que, por ello, cuando paraban varias de estas fábricas más grandes, el paro era casi general. Y es que muchas de las pequeñas actuaban como «drapaires» de las grandes, es decir, realizaban el trabajo que les sobraba a éstas en los momentos de gran demanda. A finales de 1913 se produjo una de las huelgas más largas y tristes de nuestra historia, que tuvo su origen en la finalización y consiguiente renegociación del convenio sobre trabajo y jornales que había estado vigente durante 10 años. Se prolongó entre el 16 de diciembre de 1913 y el 20 de julio de 1914 y ocasionó graves problemas de subsistencia en la población obrera; afectó al total de los 1.075 obreros ocupados (825 hombres y 250 mujeres) en su comienzo y se resolvió con el arbitraje del Instituto de Reformas Sociales (I.R.S.), que realizó un interesante informe al respecto42.

En esta situación de huelga y con emigración creciente, en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y Béjar no pudo reaccionar a las reiteradas ofertas de los ejércitos en liza, especialmente del francés, para proporcionarle uniformes.

 


 

                                    “ La industria textil de Béjar en el siglo XX y en los albores del XXI”

                                                                     Javier Ramón Sánchez Martín

                                                                      Centro de Estudios Bejaranos

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