BÉJAR DURANTE LA I GUERRA MUNDIAL (ENTREVISTA A JAVIER SÁNCHEZ MARTÍN)

 

En esta situación de huelga y con emigración creciente, en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y Béjar no pudo reaccionar a las reiteradas ofertas de los ejércitos en liza, especialmente del francés, para proporcionarle uniformes. Después, cuando concluyó la huelga, ya le fue muy difícil hacerse con buenos contratos por la competencia de otros centros textiles, como Cataluña, la zona valenciana e incluso Hervás, logrando esta última hacerse con contratos que en condiciones normales habría obtenido Béjar. Además, los industriales bejaranos se encontraron con problemas de desabastecimiento en materias primas, lana y colorantes principalmente, y con restricciones en las importaciones, lo que trajo como consecuencia unos aumentos de precios desmesurados de estos productos.


La situación mejoraría en los años 1915 y 1916, con la exportación en esos dos años de 4.505.501 y 6.354.326 mantas, respectivamente, entre otros productos. Pero la escasez y el precio de las materias primas hicieron mella y así, en 1915, tuvieron que cerrar sus puertas por falta de lana La Industrial Bejarana y La Estambrera, continuando otros cierres en 1916. En mayo de 1917 prácticamente todas las fábricas estaban paradas por falta de pedidos, y unos meses después la única fábrica que trabajaba a un ritmo aceptable era la de Gómez Rodulfo, si bien la destrucción por un submarino alemán de un cargamento de suministros destinados a esta empresa paralizó su producción a finales de 1917. En ese mismo año la cifra de paro textil en Béjar era de 477 operarios, de los que 190 eran tejedores.



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